Cummins y su ambiciosa apuesta por el hidrógeno
Cristina Burrola, vicepresidenta de Cummins Latinoamérica, afirma que la empresa está concentrando sus esfuerzos en dos enfoques relacionados con el hidrógeno, ambos centrados en la movilidad.
El fabricante de motores y generadores Cummins está orientando su enfoque hacia el hidrógeno como una alternativa para impulsar el transporte de carga y contribuir a la descarbonización de la industria. Aunque vislumbra un futuro prometedor, se enfrenta a desafíos que deben superarse en el camino hacia su adopción. Cristina Burrola, vicepresidenta de Cummins Latinoamérica, afirma que la empresa está concentrando sus esfuerzos en dos enfoques relacionados con el hidrógeno, ambos centrados en la movilidad. El primero, previsto para ser lanzado entre este año y 2025, consiste en un motor con cámara de combustión interna, similar a un motor diésel pero que funciona con hidrógeno. El segundo implica el uso de celdas de combustible alimentadas por hidrógeno, aún en desarrollo y sin una fecha definida de lanzamiento. El hidrógeno del que hay proveeduría no es verde, es un hidrógeno gris que se genera a través de combustibles que no son limpios. La transición
Jim Nebergall, director del negocio de motores de hidrógeno de la compañía, ha señalado que la tecnología de motor de hidrógeno es más conveniente en términos operativos que la apuesta por los autos eléctricos, ya que ha demostrado ser más robusta en condiciones complicadas como ciclos de trabajo exigentes, alta utilización de activos, diversidad de rutas y condiciones ambientales desafiantes. En comparación con el gas natural, Nebergall apunta que el hidrógeno permite un mayor almacenamiento de combustible a bordo y un rango más amplio, que se espera alcance hasta las 500 millas. En este sentido, Cummins está colaborando con la trasnacional NPROXX para continuar potenciando la tecnología de almacenamiento. El principal desafío para Cummins radica en obtener hidrógeno de fuentes de energía limpia. Burrola subraya la importancia de que toda la cadena de suministro y energética esté respaldada por tecnologías limpias, garantizando así que el hidrógeno utilizado como combustible sea verdaderamente limpio. "Entonces, es en esto en lo que debemos centrarnos: asegurarnos de que toda la cadena de suministro y la red energética utilicen tecnologías limpias, y que el hidrógeno utilizado como combustible sea realmente limpio. Estos son los pasos que México debería dar para avanzar en esta transición energética", afirma. El uso del hidrógeno en el transporte de carga es un concepto relativamente nuevo, aunque su aplicación en procesos industriales no lo es. Sectores como el petrolero o el de la construcción han considerado el hidrógeno, principalmente en su forma gris, como una alternativa para impulsar sus operaciones. Según la consultora Statista, más del 60% de la demanda mundial de hidrógeno se satisface mediante el uso de combustibles fósiles. Hasta el año 2020, el 99% se destinaba a la industria como materia prima, mientras que solo el 1% restante estaba orientado al sector del transporte. Aunque factores como la guerra entre Rusia y Ucrania, que afectó el suministro de gas natural a Europa, han motivado a empresas de todo el mundo a acelerar la adopción del hidrógeno como alternativa de movilidad. Statista estima que para el año 2050, el 28% de la demanda global estará enfocado en el transporte. La Asociación Mexicana de Hidrógeno identifica como el principal desafío el hecho de que la industria aún se encuentra en desarrollo, lo que limita los beneficios percibidos por las empresas para migrar hacia estas nuevas tecnologías. Su presidente, Israel Hurtado, indica que la adopción del hidrógeno en el transporte se vislumbra a mediano plazo, especialmente con la dinamización de la producción de hidrógeno verde en el país, prevista para 2025. "Todos los estudios relacionados con los costos del hidrógeno coinciden en que disminuirán en esta década, lo que permitirá que su uso se masifique", añade. A pesar de los obstáculos, la industria comienza a tomar forma. Incluso este combustible ya ha aparecido en el discurso gubernamental. En noviembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que el fondo danés Copenhagen Infrastructure Partners (CIP) invertirá 10,000 millones de dólares para producir hidrógeno verde desde Oaxaca, con el objetivo de sustituir los combustibles fósiles de las nuevas embarcaciones. El hidrógeno puede almacenarse como gas a presión o líquido, y también puede distribuirse mediante gasoductos. Por lo tanto, en la transición hacia esquemas de movilidad más sostenibles, se considera que puede reemplazar al gas natural a mediano o largo plazo. Por el momento, Cummins ya está trabajando en el desarrollo de hidrógeno verde para algunos centros de manufactura en Europa y en Estados Unidos. En México, Burrola ve la necesidad de trabajar en colaboración con el gobierno. "Creo que México ha dado pasos importantes, pero necesitamos seguir trabajando juntos", concluye. ]]>
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