Los BRICS se erigen como un contrapeso a Occidente, ¿qué papel juega México?
El regreso de Trump y la expansión de los BRICS marcan un cambio geopolítico. México enfrenta una encrucijada estratégica, manteniendo su relación con EU mientras surgen nuevas dinámicas globales.
La reciente expansión de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ha consolidado al bloque como una de las plataformas más relevantes para los países emergentes y el Sur Global —antes conocidos como países en vías de desarrollo—. Además, el grupo, también conocido como BRICS+ , marca un momento crucial en el reordenamiento del poder global, al incluir como miembros asociados a países como Cuba, Bolivia, Turquía y Vietnam, entre otros. El auge del Sur Global y la búsqueda de nuevas alianzas
Este crecimiento no solo amplía su alcance, sino que también refuerza su intención de convertirse en un actor geopolítico capaz de contrarrestar la influencia de las potencias tradicionales, como el G7. A medida que este grupo consolida su narrativa de cooperación sur-sur, México enfrenta diversos retos A finales de octubre, se celebró en Kazán, Rusia, la primera cumbre presencial del grupo desde 2020, a la que fueron invitados más de dos docenas de líderes internacionales y 36 delegaciones de países. Durante este encuentro, de acuerdo a la BBC una de las principales prioridades del presidente ruso Vladimir Putin fue impulsar un sistema financiero que permita a Rusia eludir las sanciones occidentales por la guerra de Ucrania. “Estamos desarrollando plataformas relevantes en el marco de esta asociación. [...] Sistemas financieros, instrumentos de pago y mecanismos de inversión. El crecimiento económico de los miembros de los BRICS dependerá cada vez menos de influencias o interferencias externas”, proclamó el mandatario ruso en un encuentro con empresarios del bloque previo a la cumbre. “El PIB de los BRICS supera al del G7 —del que Moscú formaba parte hasta la anexión de Crimea en 2014— y sigue creciendo”, agregó. Mientras que el "norte global", liderado por Europa Occidental y Estados Unidos, adopta políticas más proteccionistas y conservadoras, el Sur Global avanza hacia formas de cooperación menos restrictivas. Para la maestra Karen Demerutis, directora del programa de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México y experta en geopolítica, los países con los que cuenta el BRICS+ y los posibles nuevos socios, son "países sistemáticamente aislados" por el Norte Global, como Rusia o Cuba. “El Sur Global está buscando crear su propia agenda, después de haber sido históricamente dependiente de las imposiciones de instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Los BRICS, como bloque emergente, tienen la capacidad de desafiar las narrativas globales y proponer nuevas formas de cooperación económica que no dependan de las reglas impuestas. El declive de Estados Unidos y el ascenso de la derecha en el mundo
Sin embargo, algunos analistas advierten que la cooperación económica entre los miembros del BRICS no está exenta de desafíos. Jiang Shixue, en un artículo para South China Morning Post, señala que este grupo ha estado impulsada por la seguridad política, economía e intercambios, pero cuestiona la efectividad del BRICS para llevar a cabo sus objetivos "Hasta ahora, más allá del Nuevo Banco de Desarrollo, no hay mucho que mostrar en términos de cooperación económica real. El grupo ha sido calificado por muchos como un caso de ‘hablar mucho y hacer poco’” señala. A diferencia de las instituciones financieras occidentales, los BRICS promueven un modelo que no exige reformas internas como condición para acceder a préstamos o financiamiento. Este enfoque recuerda a la estrategia de la Nueva Ruta de la Seda de China, que ha permitido construir infraestructura clave en países desatendidos por el sistema tradicional. “China tiene un interés económico muy fuerte en América Latina, especialmente en la construcción de infraestructura y en acuerdos comerciales”, señala el doctor Horacio Vives. Sin embargo, también advierte que los intereses de los miembros del bloque no siempre son compatibles: “Mientras China busca oportunidades económicas en América Latina, Rusia se centra más en consolidar su hegemonía territorial y resistir la expansión de la OTAN”. Esta dualidad podría convertirse en un obstáculo para la cohesión interna del bloque, sobre todo en temas donde las prioridades no se alinean. Por último, el director de asuntos estudiantiles de la ITAM coincide con lo señalado por Demerutis, ya que el que "Cuba y Bolivia se hayan incorporado como miembros asociados del BRICS en América Latina dice mucho sobre el enfoque ideológico del bloque, siendo una visión política que va más allá de la cuestión económica. La solicitud de Argentina de sumarse, por ejemplo, fue rechazada tras la llegada de Javier Milei (conocido por su postura conservadora) al poder, lo que demuestra que el BRICS tiene un enfoque político muy marcado”. Las tensiones entre Estados Unidos y los BRICS no solo son económicas, sino que reflejan un cambio profundo en la estructura de poder global. Ante la posibilidad de que el grupo promueva una moneda alternativa al dólar estadounidense, el presidente electo Donald Trump amenazó con imponer aranceles del 100% a los países que respalden tal iniciativa. "El dólar es nuestro mayor activo. Si los BRICS intentan desplazarlo, enfrentaremos esta amenaza con medidas extremas", declaró en su red social, Truth Social. ¿Y México? Entre Estados Unidos y el contraste con América Latina
Esta declaración refleja en parte el tipo de discurso proteccionista que parece estar creciendo entre los países del Norte Global, sin embargo, también profundiza en la polarización entre las potencias y los países del sur. Karen Demerutis menciona que, si bien, no está cerca el final del hegemón que es Estados Unidos, definitivamente su "declive es evidente". "Una hegemonía solo existe mientras el resto del mundo decida darle ese poder”, añade. Este cambio de paradigma está llevando a muchas naciones del Sur Global a explorar nuevas vías de cooperación, en un mundo cada vez más multipolar. Demerutis también señala una tendencia hacia la hiperregionalización, con bloques como la Unión Europea, el T-MEC y Mercosur experimentando una reconfiguración. "La reconfiguración regional está jugando con esta dinámica y discurso", comenta, aludiendo al creciente enfrentamiento entre el Norte y el Sur Global. Por su parte, Horacio Vives resalta el papel fundamental de Rusia y China, dos potencias clave dentro del BRICS, que buscan expandir su influencia. "No es casual que Rusia y China estén tratando de expandir sus horizontes", indica, destacando cómo estos países consolidan su poder. Mientras tanto, el ascenso de las ultraderechas en el Norte Global, con políticas de privatización y nacionalismo en auge, contrasta con el impulso del Sur por crear alianzas más inclusivas. Según Demerutis, el regreso de figuras como Trump pone presión sobre el modelo de cooperación internacional actual, destacando cómo el Norte parece reducir sus compromisos internacionales. A nivel simbólico, los BRICS han puesto su mirada en México, como lo muestra su inclusión en el billete de cien BRICS, lo que refleja el interés del bloque por las oportunidades económicas que representa, especialmente en relación con China. México, por su parte, se encuentra en una encrucijada geopolítica. Aunque no forma parte del bloque BRICS ni muestra un interés inmediato en unirse, las dinámicas de este bloque están incidiendo en su escenario internacional. Según Horacio Vives, “México debe replantear su papel en la comunidad internacional después del gobierno de López Obrador. Aunque sería estratégico buscar contrapesos, su prioridad sigue siendo la relación con Estados Unidos”. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca podría generar mayores presiones dentro del T-MEC, un acuerdo fundamental para la estabilidad económica del país. Para Karen Demerutis, “el BRICS no representa una alternativa viable en el corto plazo para México, pero el país debe observar con atención cómo se reconfigura el poder global”. A pesar de los desafíos, México se ve ante la necesidad de diversificar sus alianzas sin comprometer su relación con Norteamérica. Aunque la proximidad con Estados Unidos es crucial, depender únicamente de este vínculo podría limitar sus opciones en el futuro.
Además, el futuro del T-MEC no está exento de tensiones internas, lo que abre la interrogante sobre cómo México equilibrará su relación con Estados Unidos sin perder la oportunidad de fortalecer sus vínculos con nuevas potencias emergentes. Horacio Vives destaca que en un cambio de gobierno, México podría redefinir su papel global. “El gobierno de Claudia Sheinbaum, aunque parte del mismo régimen, podría ser visto como una ‘segunda temporada’ del obradorato, con cambios significativos en términos de política exterior”. La expansión del BRICS refleja una reconfiguración del poder global, en la que el Sur Global está tomando protagonismo, desafiando las estructuras tradicionales de poder. Si bien la hegemonía estadounidense no desaparecerá de inmediato, su declive ha abierto un espacio para nuevas narrativas de cooperación. ]]>
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