Qué es la 'autarquía energética' que propone Claudia Sheinbaum
La candidata ha añadido un nuevo concepto al discurso sobre su política energética que tiene una tendencia a la continuidad con el gobierno obradorista, pero con algunos matices.
La candidata Claudia Sheinbaum ha dado más detalles sobre la política energética que podría aplicar si gana las elecciones del 2 de junio próximo. La clave la ha sentado en pilares como el fortalecimiento de las dos compañías estatales, que Pemex entre a nuevos mercados como el litio y en la autarquía energética , un concepto que ha añadido por primera vez a su discurso, que en esencia marca una continuidad a la política obradorista, pero con algunos matices. La morenista ha definido como autarquía el hecho de que el país dependa poco de las importaciones y fortalecer a Pemex y CFE. En esencia, lo mismo que ha hecho la administración de Andrés Manuel López Obrador, aunque en su discurso se ha acercado un poco más a los puntos medios y ha hecho un guiño a las energías renovables y dejado de lado las altas metas que no han podido cumplirse durante este sexenio. "El discurso tiene una carga bastante fuerte en la soberanía energética como un símil ideológico a la expropiación petrolera con algunos toques de sostenibilidad que claramente a ellas le interesan, sin embargo el mensaje me deja con una fuerte confusión sobre cómo va a lograrlo, creo que se está atando de manos al poner la soberanía energética como una premisa básica o una piedra angular de la política energética", dice Ana Lilia Moreno, investigadora de México Evalúa. Por ejemplo, ha situado la producción de petróleo en 1.8 millones de barriles durante el próximo sexenio –una cifra similar a la que se produce actualmente y lejos de los 2 millones que había planteado como objetivo esta administración–; que el resto de la demanda energética sea satisfecha con energías renovables y ha mencionado que buscaría reducir las importaciones de gasolina y diésel, sin asegurar que se eliminarían por completo como lo planteó el gobierno de López Obrador. Esta última meta ha sido una de las banderas del obradorismo, pero pese a los recursos destinados, el país continúa importando altas cantidades de refinados, sobre todo desde Estados Unidos y las refinerías continúan operando por debajo del 50% de su capacidad operativa.
La candidata no hizo referencia a los apoyos económicos y fiscales que ha recibido la petrolera, pese a asegurar que la compañía seguirá siendo "una prioridad". Los analistas y las calificadoras esperan, y de hecho dan por sentado, que el siguiente gobierno, sin importar quien lo encabece, continúe la política de respaldo de la deuda. Pero el punto de distancia que ha marcado Sheinbaum, respecto a la política actual, está relacionado con las labores de la estatal Pemex. La candidata de la coalición "Sigamos haciendo historia" ha mantenido el discurso de fortalecimiento y apoyo a la compañía, pero ha asegurado que su estrategia podría basarse en una diversificación de las actividades de la compañía. Por ejemplo, ha dicho que la empresa podría participar en la cadena de producción del litio y en actividades de cogeneración –una acción que también ha propuesto el equipo de Xóchitl Gálvez–. Pese al planteamiento, hasta ahora la regulación no permite que la estatal petrolera se dedique a otras áreas más allá del petróleo. Los analistas y las calificadoras han sido constantes en sus observaciones relacionadas sobre el mal manejo que la administración de la compañía ha hecho respecto a sus criterios ambientales, sociales y de gobernanza. “Se trata de fortalecer a Pemex con su función principal, pero al mismo tiempo avanzar en el fortalecimiento de Pemex frente a los momentos actuales, de la situación ambiental en términos globales, del cambio climático”, dijo ayer lunes en un evento donde también estuvo Cuauhtemoc Cárdenas, un personaje clave de la izquierda que se había desmarcado de la administración obradorista hace unos años. ]]>
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