“Trump es un hombre inteligente”: José Román, VP de Nissan, confía en el T-MEC
Confía en los beneficios que el tratado ha generado en la región y apela a que Trump, a quien describe como “un hombre inteligente”, sabrá reconocerlos.
José Román , Senior Vice President de Global Sales y Head de Infiniti , regresó a México tras dejar su cargo como presidente y director general de Nissan Mexicana y NIBU. Román formó parte del equipo de altos directivos de la corporación que participó en la presentación del renovado QX80, un modelo de la marca Infiniti que busca definir el rumbo futuro de la compañía. Antes de este evento, estuvo disponible para dialogar sobre los retos de la industria automotriz en un entorno global lleno de desafíos: desde los recortes de empleos y producción anunciados recientemente por Nissan, hasta la creciente influencia de China en la electrificación y la vigencia del T-MEC. Justo ahora, el acuerdo comercial podría tambalearse si Donald Trump decide imponer un arancel del 25% a todos los productos enviados desde México, incluidos vehículos y autopartes. Este escenario sería especialmente perjudicial para marcas con cadenas de producción integradas entre ambos países, como Nissan y su marca premium Infiniti. En México, Nissan cuenta con tres plantas de producción y mantiene una alianza estratégica con Mercedes-Benz para la fabricación de vehículos de lujo. En este complejo se ensamblan modelos de Infiniti como el QX50 y el QX55. Además, Nissan produce en sus instalaciones mexicanas vehículos populares como el Sentra, el Kicks, el Versa y la pickup Frontier/NP300. Aproximadamente la mitad de esta producción se destina al mercado estadounidense. "Un hombre inteligente" "Un mercado estratégico" El camino hacia la electrificación
Para Román, la integración regional es “un sistema que funciona bastante bien”, especialmente en el sector automotriz, que considera una industria “madura y bien estructurada, con una integración sólida entre proveedores y fabricantes, efectiva durante años”. Sin embargo, reconoce que el tratado comercial presenta áreas de mejora, ya que “hay aspectos en los que los países no están completamente satisfechos en distintas industrias”. En el caso específico de la industria automotriz, señala oportunidades para optimizar las cadenas logísticas. “El sistema de transporte de vehículos es eficiente, pero podría ser mucho mejor”, detalla, destacando la necesidad de perfeccionar este tipo de procesos para fortalecer aún más la competitividad del sector. A pesar de este panorama, Román, vestido impecablemente con un traje azul, no parece preocupado. Confía en los beneficios que el tratado ha generado en la región y apela a que Trump, a quien describe como “un hombre inteligente”, sabrá reconocerlos. “Creo que hay que esperar a que (Donald Trump) llegue, que diga qué es lo que piensa (sobre el T-MEC). Pero definitivamente es un tratado muy positivo para los tres países. Entonces, yo creo que lo va a reforzar y no lo va a debilitar”, dice. Con un ejemplo sencillo destaca la importancia de la integración regional: “Yo no me imagino un Super Bowl sin aguacate. ¿No? Es imposible. No tiene sentido destruir eso”. Sin embargo, también asegura que la compañía está preparada para adaptarse si fuera necesario. Román habla desde la experiencia. A lo largo de su carrera, ha enfrentado múltiples momentos críticos en la industria. Uno de los más desafiantes ocurrió durante la pandemia, cuando lideraba las operaciones de Nissan en México. En ese entonces, tomó la decisión de cerrar las plantas en el país y enviar a todos los empleados a trabajar de manera remota. Este tipo de situaciones han moldeado su filosofía de trabajo: “puedes asustarte, llorar o luchar. Yo prefiero luchar, porque eso siempre abre nuevas oportunidades”, afirma. Ahora, nuevos retos surgen en el horizonte. Las crecientes tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China, así como entre Estados Unidos y sus socios comerciales, generan incertidumbre en la industria. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ya ha advertido que, de cumplirse la amenaza de Trump, México respondería con una política de “arancel por arancel”, lo que podría desatar una guerra comercial. Sin embargo, Román mantiene una postura optimista: “Nos adaptaremos a lo que venga”, dice, evitando proyecciones alarmistas. En paralelo, Nissan sigue observando a China, un mercado que ha cobrado relevancia como jugador disruptivo. El fabricante japonés enfrenta una situación crítica tras reportar una baja en sus ventas globales, especialmente en el mercado asiático y Estados Unidos, lo que ha llevado a a implementar recortes. A principios de noviembre, la compañía confirmó la eliminación de 9,000 empleos y una reducción del 20% en su capacidad de fabricación global, con el objetivo de disminuir costos en 2,600 millones de dólares durante el año fiscal. A pesar de este panorama, José Román subraya la relevancia estratégica del mercado chino, donde la compañía opera fábricas con una capacidad de producción de 1.5 millones de vehículos al año. “No somos los más grandes, pero somos importantes”, señala, destacando que modelos como el Sylphy, equivalente al Sentra, lideran su segmento con ventas de aproximadamente 250,000 unidades anuales. Román enfatiza que, aunque la baja actual en ventas pudiera parecer preocupante, la estrategia de Nissan en China tiene un enfoque a largo plazo, con horizontes de 10 a 30 años. “En los negocios, siempre habrá etapas mejores y peores, pero no puedes planear tu estrategia basándote en un mal año”, afirma. Este enfoque estratégico es crucial en un mercado tan dinámico como el chino, donde cada mes se lanzan cerca de 30 nuevos modelos y la competencia es feroz. Sin embargo, asegura que no todas las marcas y modelos sobrevivirán a la presión de este entorno competitivo, y Nissan apuesta a mantenerse como un jugador relevante. Él visita regularmente el país, que, aunque ha registrado una caída en ventas para la marca en el último trimestre, sigue siendo clave tanto como mercado de consumo como plataforma de producción. “China sigue siendo clave para nosotros. Es un mercado inmenso y estratégico, y nuestras decisiones están pensadas a largo plazo”. Además, ve en China un espacio para “probar nuevas formas de vender vehículos”. Relata cómo los vendedores de concesionarios han adoptado TikTok como herramienta de ventas, transmitiendo en vivo desde auto shows y presentando productos a su cartera de clientes a través de la red social. “Los veía en el stand que tuvimos en el pasado auto show de Beijing. Había unas 40 personas con cámaras y teléfonos, eran tiktokers que en ese momento estaban vendiendo directamente a su base de seguidores”, comenta. “La forma de vender es completamente diferente, y es un modelo de negocio que estamos intentando aprender”. La electrificación representa uno de los mayores retos para la corporación japonesa y para la industria automotriz en general. Este cambio marca la primera transformación significativa en los sistemas de propulsión en más de un siglo. Mientras que los motores de combustión interna (ICE, por sus siglas en inglés) se consolidaron como una tecnología versátil y comercializable en regiones tan diversas como Europa, Asia y Norteamérica, la adopción de los vehículos 100% eléctricos ha variado considerablemente según el mercado. “La electrificación no avanza de forma uniforme en todos los continentes. En Estados Unidos, se estima que para 2030 el 40% de los vehículos serán eléctricos. En Europa, la transición ya está prácticamente consolidada debido a estrictas regulaciones. Sin embargo, en Latinoamérica este proceso tomará más tiempo, posiblemente más allá de 2030”, explica Román. Aunque los motores de combustión interna no desaparecerán completamente, la industria está inmersa en un cambio disruptivo hacia la electrificación. Todas las marcas están realizando importantes inversiones en este ámbito, aunque cada fabricante adopta estrategias diferentes según las demandas y prioridades de cada mercado. Algunas apuestan por una electrificación total, mientras que otras, como la corporación japonesa, optan por un enfoque flexible. “Nuestra estrategia se adapta a lo que el cliente necesita en cada región: en Latinoamérica ofrecemos tecnologías como e-Power o híbridos; en Estados Unidos aplicamos un enfoque mixto, y en Europa nos centramos en los vehículos eléctricos”, señala Román, quien considera improbable que exista una solución global uniforme en el futuro. Esta diversidad de preferencias incrementa la complejidad para las marcas, que deben diversificar sus presupuestos de innovación y desarrollo mientras diseñan estrategias específicas para cada mercado y segmento. En el segmento premium, por ejemplo, los consumidores priorizan la potencia como un factor clave. Infiniti, la marca de lujo de Nissan, se mantiene enfocada en vehículos a gasolina. “Por ahora, seguimos apostando por motores de combustión interna en el segmento de lujo porque es lo que el cliente demanda. Aunque los vehículos eléctricos están en nuestros planes futuros, actualmente nuestra atención está en la gasolina”, afirma Román. Nissan ha encontrado en los motores turboalimentados una solución para combinar eficiencia con una experiencia de manejo potente. Un ejemplo de ello es la renovación del Infiniti QX80, su modelo insignia, que ahora cuenta con un motor V6 turbo más pequeño que el anterior V8, pero que ofrece un 10% más de potencia, alcanzando 450 caballos de fuerza. Los principales mercados de Infiniti son Estados Unidos y Medio Oriente, dos regiones caracterizadas por economías petroleras y regulaciones de emisiones menos estrictas en comparación con Europa. En estos mercados, los clientes continúan valorando la conveniencia y confiabilidad que ofrece la tecnología de motores de combustión interna (ICE). Román, quien viajó desde Japón a México para la presentación de un QX80 renovado, al que califica como “el mejor producto que la empresa ha creado en su historia”, reconoce los desafíos que enfrenta la industria. Sin embargo, evita caer en visiones pesimistas y opta por centrarse en las oportunidades que emergen en tiempos de incertidumbre. Para él, la clave está en mantener la flexibilidad de la compañía, adaptándose a las transformaciones del mercado y respondiendo con agilidad a los nuevos retos. “Estamos atravesando una transformación total en la industria. Durante los últimos 100 años hemos vendido vehículos a gasolina, pero en los próximos seis a ocho años veremos una renovación completa del producto”, concluye Román. ]]>
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