Polos de desarrollo del Interoceánico, una promesa de continuidad de Sheinbaum
El éxito de los Polos de Desarrollo para el Bienestar de AMLO sigue en el aire; la prosperidad dependerá de la próxima administración.
¿Los polos de desarrollo serán la apuesta vencedora para consolidar el Corredor Interoceánico ? Estrategias han desfilado a lo largo de los sexenios sin importar el color de la bandera política para lograr aterrizar uno de los proyectos más ambiciosos, pero todas han fracasado. Esta vez la historia puede ser diferente, porque uno de los protagonistas de la estrategia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene una promesa de continuidad con la aspirante presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, quien ha ofrecido detonar más polos de desarrollo. Una ventaja que otros gobernantes no tuvieron. Las anclas industriales del megaproyecto
“Además de fortalecer los 12 parques industriales del sureste, vamos a desarrollar otros 10 Polos del Desarrollo para el Bienestar”, fue uno de los 100 compromisos de Sheinbaum al arranque de su campaña rumbo a las elecciones del 2 de junio. Los denominados Polos de Desarrollo para el Bienestar (Podebis), impulsados por AMLO, son zonas geográficas delimitadas dentro del Istmo de Tehuantepec, que contarán con incentivos para atraer la inversión que detone el desarrollo económico y social de la región, con base en las vocaciones productivas con mayor potencial. Se ha identificado que las vocaciones productivas, prioritarias y potenciales para los Podebis son: eléctrica y electrónica, semiconductores, automotriz (electromovilidad), autopartes y equipo de transporte, dispositivos médicos, farmacéutica, agroindustria, equipo de generación y distribución de energía eléctrica (energías limpias), maquinaria y equipo, tecnologías de la información y la comunicación, metales y petroquímica, entre otras. El papel de los Podebis dentro del megaproyecto, el Corredor Transístmico o Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, será atraer inversiones y empresas a la región, ya sea de otras entidades de México o de otros países. Para estos se consideraron importantes incentivos fiscales, con exenciones en materia de IVA e ISR durante los primeros años. Los Podebis, en palabras de la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, “son las inversiones de los próximos 30 años, que ponen a México en el foco como una potencia económica mundial”. Se ha calculado que estos polos de desarrollo que forman parte del Corredor Interoceánico tendrán un impacto de 5% en el PIB de México. Pero hay realidades que la candidata de Morena debe tomar en cuenta. Julio Escandón, director general de Banco BASE, asegura a Expansión que, desde su trinchera y como una institución que se enfoca a la parte de comercio exterior, no están viendo un gran interés de los inversionistas por la región del sur-sureste, como sí lo están percibiendo en el norte del país. “Al inversionista no lo puedes encajonar ni le puedes decir: ‘mira tienes que estar aquí, porque yo digo’, el inversionista va a estar donde el capital le resulte más rentable”, comenta. Agrega que si se pone al inversionista en la disyuntiva de tener una sola opción, al final la decisión será irse a otro país. Carlos Ramírez, consultor asociado de Integralia, coincide con esta visión, de que le corresponde a las empresas decidir si se instalan o no. “El problema es llevarlo a la práctica, porque supone de alguna u otra manera dificultades que tienen que ver con la forma en cómo toman decisiones las empresas”, apunta. ¿Cómo van los Podebis?
En mayo de 2023, la Secretaría de Economía arrancó con la licitación de los Podebis, iniciando con un paquete de cinco polos, que ya fueron adjudicados: Coatzacoalcos I, Coatzacoalcos II, Texistepec, San Juan Evangelista y Salina Cruz. Las empresas que ganaron para el desarrollo de estos primeros polos y que propicien la llegada de industrias fueron: Mota Engil, Grupo Constructor Urcedic y Proistmo, las cuales, a consideración de Ramírez están tomando un riesgo, porque no se asegura que vaya haber una gran demanda de ocupantes . A finales del año pasado se lanzó otro paquete para los Podebis: Ciudad Ixtepec, Santa María Mixtequilla, Matías Romero Avendaño y Asunción Ixtaltepec. Pero sin dar razón, el 11 de noviembre del año pasado, mediante un aviso, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec determinó cancelar el procedimiento para el polo Ciudad Ixtepec. La cancelación para el desarrollo de este polo llama la atención, porque ha sido el único en el que AMLO ya había anunciado la llegada de una empresa danesa para producir hidrógeno verde, con una inversión de 10,000 millones de dólares. Para Santa María Mixtequilla, Matías Romero Avendaño, Asunción Ixtaltepec, se espera que el fallo sea el próximo 12 de abril, según el calendario del proceso licitatorio. De los 10 polos anunciados originalmente, falta el de San Blas Atempa, el cual, se enfrenta a la oposición de la comunidad indígena, que consiguió un amparo para frenarlo. En diciembre del año pasado, el gobierno decidió sumar dos Podebis más. El Vicealmirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, director General del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, anunció que los polos se ubican en Chiapas, sin especificar los lugares, y será este año cuando se lance su licitación. El avance de los Podebis es muy temprano, pero el gobierno mexicano se ha blindado ante posibles especulaciones de las empresas que ganen las concesiones, porque determinó que si en dos años no realizan inversión alguna, se les retira y se ponen de nueva cuenta en subasta. Al igual que otras iniciativas del pasado, la estrategia de los Podebis de AMLO y que Claudia Sheinbaum tendrá el reto de concretar, no viene sola, porque se está impulsando una plataforma logística para el movimiento interoceánico de mercancías a mercados domésticos y mundiales de forma ágil y competitiva. Está integrada por los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, a través del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, el cual ya fue inaugurado en diciembre pasado por López Obrador. Todo esto permitirá el desarrollo de la región del Istmo y la conectividad entre el Océano Pacífico y el Atlántico. La expectativa empresarial sigue optimista. De acuerdo con el reporte de las economías regionales del Banco de México, se menciona que en los factores internos que apoyarían el crecimiento de la región sur es el posible inicio de la construcción de estos parques industriales en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Pero desde la perspectiva histórica, todavía se cuestiona la viabilidad de los polos de desarrollo de AMLO y que retomaría Sheinbaum, quien hasta el momento sigue encabezando las encuestas de preferencia electoral, porque en sexenios pasados todas las iniciativas en torno al Corredor del Transístmico no han rendido frutos. Una historia de intentos fallidos
Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, también pusieron el ojo en el proyecto del Istmo de Tehuantepec. Su atractivo ha radicado en la posibilidad de unir el Océano Pacífico con el Atlántico y entrar a las grandes ligas del comercio internacional. La organización sin fines de lucro, Sipaz, realizó un recuento de las estrategias que han intentado los presidentes, comenzando por Ernesto Zedillo, quien, en 1996, presentó el Programa Integral de Desarrollo Económico en el Istmo de Tehuantepec. Este consideraba el desarrollo de 11 sectores a través de 64 proyectos. Con Vicente Fox se lanzó el Plan Puebla-Panamá, con el se buscaba el desarrollo regional del sur sureste mexicano y sus lazos de cooperación y coordinación con Centroamérica, el propósito era atacar en forma directa algunas de las causas estructurales del rezago de la región, en particular en las áreas de desarrollo humano, infraestructura, cambios institucionales y regulatorios, ya que se quería incentivar las inversiones productivas privadas en la región. Felipe Calderón no retomó el plan de su antecesor pese a ser del mismo partido político y anunció su propio plan: el Sistema Logístico del Istmo de Tehuantepec, que se trataba de implementar un canal multimodal para complementar al Canal de Panamá, con la modernización de las carreteras, ferrocarriles y puertos del Istmo. Finalmente, con Peña Nieto se implementaron las Zonas Económicas Especiales (ZEE), que iban a impulsar la actividad económica en el sur-sureste del país, con atractivos incentivos fiscales y el establecimiento de un régimen aduanero especial, acompañado también de proyectos de infraestructura. Pero con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, en noviembre de 2019 se decretó el fin de las ZEE de Peña Nieto. Claves para los Podebis
El director general de Banco BASE apunta que, aunque ahorita la realidad es que no se observa un despunte de los Podebis, con inversiones inteligentes y una buena promoción en el exterior, cambiaría a un panorama más prometedor. Menciona que para estos casos servía mucho la tarea que realizaba ProMéxico, un fideicomiso que pertenecía a la Secretaría de Economía para promover el comercio y la inversión extranjera, que desapareció por orden de AMLO en 2019. “No he visto a nivel federal una política de promoción extranjera del país, lo veo más a nivel estatal, por ejemplo, Nuevo León y Coahuila y otros estados de la zona norte, donde los gobernadores están haciendo la labor, (...) en el sur-sureste creo que solo lo está haciendo el gobernador de Mérida”, dice Escandón. Ramírez tampoco da la batalla por perdida, cree que eventualmente los Podebis pueden prosperar y generar desarrollo. “El gobierno tiene que crear las condiciones propicias para que la inversión pueda instalarse en cualquier lugar, en términos de infraestructura, de mejorar las condiciones de seguridad, generar certeza regulatoria y legal, desarrollar el capital humano, se debe disminuir la informalidad en el país, que está todavía en niveles demasiado altos y eso limita la capacidad productiva”, destaca. Sin dejar de lado la garantía de energía y agua suficiente, que son los cuellos de botella que se están vislumbrando hacia adelante. Sin duda, se entiende la necesidad de erradicar la desigualdad en la región, que a consideración de los expertos ya no es sostenible, y Claudia Sheinbaum tiene en sus manos el fracaso o éxito de la herencia de AMLO para hacer emerger al gran gigante que ha sido inalcanzable para muchos: el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. ]]>
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