México se perfila para ser un actor clave de la industria aeroespacial
México se consolida en la industria aeroespacial tras dos décadas de esfuerzo. El congreso "Personas Espaciales" expone cómo proyectos y alianzas internacionales impulsan su futuro en el espacio.
Hace dos décadas, la industria aeroespacial en México era prácticamente inexistente. Las pocas exportaciones que generaba el sector no alcanzaban los 1,500 millones de dólares (mdd), y la participación nacional en el ámbito espacial era limitada. Hoy, México ha logrado posicionarse como un jugador clave en esta industria, alcanzando exportaciones cercanas a los 12,000 mdd y consolidando proyectos de alto impacto como Colmena, el primer nanosatélite 100% mexicano y la fabricación de componentes clave para motores espaciales. Durante el primer congreso aeroespacial 'Personas Espaciales', que se llevó a cabo a finales de septiembre en el Frontón México, presentado por Katya Echazarreta, los principales actores del sector discutieron el crecimiento exponencial que ha experimentado la industria aeroespacial mexicana y su proyección a futuro.
Luis G. Lizcano, presidente ejecutivo de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia), destacó el crecimiento de la industria aeroespacial mexicana en los últimos 20 años. En 2003, México apenas exportaba alrededor de 1,300 mdd en productos aeroespaciales. "Este año nuestras exportaciones alcanzarán casi los 12,000 mdd, lo que representa un crecimiento exponencial, multiplicado por diez, en dos décadas", detalló. Este salto, explicó, se debe en gran parte a la instalación de plantas especializadas y a la colaboración internacional. Lizcano destacó que, en el ámbito aeronáutico, México ha consolidado su participación fabricando componentes para grandes aviones comerciales. “Muchas partes de los aviones en los que volamos se fabrican en México. Hoy, más de 65,000 empleos directos dependen de esta industria, y son trabajos de alta especialización que han transformado el panorama industrial”. Subrayó que este éxito es un modelo que la Femia busca replicar en el sector espacial. “Queremos aplicar el mismo enfoque que hemos desarrollado en la aeronáutica para hacer crecer nuestra capacidad en el espacio. Ya lo hemos hecho antes, y estamos en camino de hacerlo de nuevo”. Uno de los proyectos más importantes es el proyecto Colmena, que tiene como objetivo la exploración lunar mediante el desarrollo de tecnología avanzada. "Hace años, pensar en una misión espacial donde México colaborara parecía imposible, pero hoy el país está participando activamente en la exploración lunar a través de Colmena", dijo Lizcano. Este proyecto busca desarrollar tecnologías que permitan la minería espacial y la exploración de la Luna, consolidando a México como un actor relevante en este campo.
Benjamin Najar, director ejecutivo de Thrusters Unlimited Space, destacó el logro que representó el lanzamiento del primer nanosatélite 100% mexicano en colaboración con la Agencia Espacial de la India. "Este satélite es un paso crucial para validar nuestras capacidades tecnológicas y marca el comienzo de lo que puede ser una expansión en la participación de México en misiones espaciales”, dijo. El nanosatélite tiene aplicaciones clave en la observación del cambio climático, la agricultura de precisión y la sustentabilidad. Otro avance que mencionó fue el desarrollo de propulsores iónicos, una tecnología en la que Thrusters Unlimited Space trabaja junto con la empresa inglesa Orbex. “Estamos desarrollando un propulsor iónico de alta eficiencia", indicó el directivo, quien prevé que esta tecnología sea un parteaguas para la industria espacial mexicana y posicionará al país como un líder global. Najar destacó las cámaras de combustión de los motores Raptor de SpaceX que se producen en Monterrey, ya que demuestra la capacidad del país para producir tecnología avanzada. Gustavo Medina Tanco, presidente de la Federación Internacional Astronáutica, destacó la formación de capital humano especializado: “México tiene una gran ventaja competitiva en la juventud de su población. Para aprovechar esta ventaja, necesitamos formar ingenieros, técnicos y científicos altamente calificados, y es ahí donde las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) juegan un papel clave”.
Medina Tanco resaltó la necesidad de una estrategia de largo plazo que impulse la investigación científica y permita formar a las nuevas generaciones con una visión clara sobre el espacio. “El futuro de la industria espacial no solo dependerá de la tecnología, sino de la capacidad para innovar, y esa innovación comienza con la educación. Es vital que las universidades y las empresas trabajen juntas para desarrollar programas que permitan a los estudiantes poner en práctica lo que aprenden,” añadió. “No basta con estudiar teoría, los jóvenes deben involucrarse en proyectos reales, enfrentarse a retos tecnológicos y fracasar, porque es parte del proceso de aprendizaje”, dijo. En su laboratorio, más de 350 jóvenes han participado en proyectos que van desde la investigación hasta la aplicación directa de tecnología espacial. Luis G. Lizcano resaltó que muchas de las empresas que participan en la industria espacial en México son pymes, produciendo componentes para satélites de la constelación Starlink y otras tecnologías avanzadas que requieren un alto nivel de precisión y especialización. Los especialistas concluyeron que la clave para el éxito futuro de México en la industria aeroespacial radica en seguir apostando por la innovación y la colaboración internacional. “México ya no es solo un espectador. Somos un competidor clave en la industria espacial, y mientras sigamos invirtiendo en tecnología y formación de talento, el crecimiento de esta industria será imparable”, aseguró Lizcano. ]]>
¿Cúal de identifica?