Los trabajadores de Boeing están en huelga y estas son las claves del conflicto
El cese de labores ha entrado en su cuarta semana, y hasta el momento, no se han programado nuevas reuniones para reanudar el diálogo.
El diálogo entre el fabricante de aviones estadoundiense Boeing y la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales ( IAM ), su principal sindicato de producción, se ha detenido y no hay previstas nuevas reuniones. La huelga de los trabajadores ya entra en su cuarta semana y ya ha empezado a pasar factura a la compañía. Los analistas de S&P calculan que la huelga costará a Boeing unos 1,000 millones de dólares al mes. La firma informó sobre el retiro de su oferta salarial a unos 33,000 trabajadores de la fábrica ubicada en Estados Unidos, alegando que la agrupación gremial no había considerado seriamente sus propuestas tras dos días de conversaciones. La negociación Una crisis financiera
"Desafortunadamente, el sindicato no consideró con seriedad nuestras propuestas", aseveró Stephanie Pope, directora de Boeing Commercial Airplanes, en una nota dirigida a los empleados, en la que calificó las demandas del sindicato de "no negociables". "En este momento no tiene sentido seguir negociando", añadió. Pope, aseguró que las directivas negociaron "de buena fe" y presentaron nuevas propuestas, mejoradas respecto a las versiones anteriores. La oferta más reciente de Boeing incluía un aumento salarial del 30%. "Seguimos comprometidos con encontrar una solución y trabajaremos con el sindicato cuando estén listos para negociar un acuerdo que reconozca a nuestros empleados y preserve el futuro de nuestra empresa", añadió la comunicación. La huelga, que comenzó el 13 de septiembre con el vencimiento del convenio colectivo anterior, paraliza dos importantes plantas de Boeing: las de ensamblaje de Renton y Everett, que producen el 737 MAX -el aparato más vendido-, el 777 de transporte de carga, y el avión cisterna militar 767, cuyas entregas están sufriendo retrasos. El nuevo contrato colectivo busca reemplazar al anterior convenio, que tenía , y que se alcanzó después de una huelga de 57 días. El acuerdo fue prolongado en 2011 y 2014. La reciente ruptura agrava los problemas financieros y de producción de Boeing, uno de los dos principales fabricantes mundiales de aviones comerciales. La compañía ha estado quemando efectivo en 2024 mientras lucha por recuperarse de la explosión de un panel en pleno vuelo en un avión nuevo en enero, lo que dejó al descubierto la debilidad de los protocolos de seguridad y llevó a los reguladores estadounidenses a frenar su producción. Boeing sustituyó a su presidente ejecutivo, Dave Calhoun, por Kelly Ortberg, que empezó a trabajar en agosto con la esperanza de llegar a un acuerdo laboral y mejorar la reputación de la empresa ante clientes y reguladores. De momento, nada de eso ha sucedido. Boeing está estudiando opciones para recaudar miles de millones de dólares con los que apuntalar su balance. Reuters ha informado de que la empresa está estudiando la venta de acciones y valores similares, ya que su preciada calificación crediticia de grado de inversión está en peligro. Con información de AFP y Reuters.]]>
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