Los planes fiscales de Trump: un riesgo para EU y un arma contra México

El presidente electo de EU planea hacer un importante recorte fiscal y sustituir los impuestos que deje de recibir con aranceles, una apuesta que afectará la competitividad de México.

Nov 26, 2024 - 14:00
Los planes fiscales de Trump: un riesgo para EU y un arma contra México

Donald Trump prometió un nuevo recorte fiscal cuando regrese a la Casa Blanca en una semanas y su elegido para encabezar el Departamento del Tesoro, el multimillonario Scott Bessent, ha dicho que esta será su prioridad. Bessent dijo en una entrevista con el diario Wall Street Journal que las medidas de recorte fiscal incluirían hacer permanentes los recortes de impuestos del primer mandato de Trump, así como eliminar los impuestos sobre las propinas, las prestaciones de la seguridad social y el pago de horas extraordinarias.

El nominado para encargarse de la política fiscal estadounidense también se centraría en promulgar aranceles, recortar el gasto y mantener el estatus del dólar como moneda de reserva mundial, dijo al periódico en la entrevista. Como presidente, Trump quiere ampliar los recortes de impuestos que expiran en 2017 y promulgar nuevas exenciones fiscales, que el mercado especula que podría añadir nueva deuda por 7.5 billones de dólares en 10 años. Trump también ha prometido que aumentar las deducciones fiscales estatales y locales y que la tasa del impuesto corporativo, que se redujo del 35 al 21% en 2017, se reduzca aún más al 15% para las empresas manufactureras. “Cualquier discusión sobre los planes fiscales debe partir del hecho de que el déficit presupuestario federal ya es extremadamente grande. La relación entre la deuda federal y el PIB es del 100%. El déficit es de alrededor del 6.5% del PIB, y el déficit primario es de alrededor del 3.5%”, indica un análisis del Instituto Peterson de Economía Internacional. Las medidas propuestas por Trump podría aumentar estos números entre uno y dos puntos porcentuales, lo que provocaría un aumento rápido en la tasa de deuda y un deficit primario sostenido de entre 4% y 5%. “Este es un número extremadamente grande, y no hay razón para pensar que los recortes de la tasa del impuesto corporativo, incluso si impulsaran la inversión y el crecimiento potencial, reducirán sustancialmente el déficit en los próximos años”, indicó el instituto.

¿Sustituir impuestos con aranceles? En su campaña a la presidencia, Trump planteó la idea de sustituir los ingresos federales procedentes del impuesto sobre la renta por dinero procedente de los aranceles que buscará imponer a varios países, incluidos sus socios comerciales clave. Trump anunció el lunes por la noche que el primer día se su presidencia firmaría una orden ejecutiva para imponer un arancel de 25% a todas las importaciones provenientes de México y Canadá, países con los que tiene un tratado comercial y un arancel adicional de 10% a todas las mercancías traídas de China. “Simplemente, no se puede”, indica otro análisis del Instituto Peterson. “Es literalmente imposible que los aranceles reemplacen por completo los impuestos sobre la renta”. Se aplican aranceles a los bienes importados, que ascendían a un total de 3.1 billones de dólares en 2023. El impuesto sobre la renta se recauda sobre los ingresos, que superan los 20 billones; el gobierno de los Estados Unidos recauda alrededor de 2 billones en impuestos sobre la renta individual y corporativo en la actualidad. “Las tasas arancelarias tendrían que ser inverosímilmente altas en una base tan pequeña de importaciones para reemplazar el impuesto sobre la renta, y a medida que las tasas impositivas aumentaran, la base en sí misma se reduciría a medida que las importaciones caían, haciendo inalcanzable el objetivo de 2 billones de dólares de Trump.

La misma fuente indica que los ingresos de las propuestas de aranceles del 10%/60% de Trump totalizarían alrededor de 225,000 millones de dólares al año en dólares actuales. Esta política puede producir grandes daños a la economía estadounidense. “Para empezar, costaría empleos, provocaría la inflación, aumentaría los déficits federales y causaría una recesión. También alejaría la carga fiscal de los adinados, aumentando sustancialmente la carga fiscal sobre los pobres y la clase media”, indicó el Instituto Peterson. A nivel internacional, estas medidas pueden antagonizar con los aliados y socios estadounidenses, lo que provocará nuevas guerras comerciales mundiales y dañará el bienestar económico mundial, dando como resultado seguridad nacional más vulnerable. El Instituto Peterson señala que esta políticarobablemente también desestabilizaría el sistema financiero global. México, una víctima colateral El impacto que esta iniciativa tendría en los países que hacen negocios con los Estados Unidos sería considerable, sin embargo, en México, país vecino y uno de sus principales socios comerciales, podría ser mayor, incluso sin contar con el aumento en los aranceles a los bienes que importa a este país. “En primer lugar, si la reforma fiscal en Estados Unidos es aprobada por el Congreso estadounidense, sin aplicar ningún cambio al borrador que el gabinete de Trump ha dado a conocer, México automáticamente perdería competitividad”, indica Eduardo Barrón, socio de Impuestos Internacionales de Deloitte, en un artículo. Ante este panorama, uno de los caminos que México podría seguir es el de reducir su tasa de impuesto corporativo, aunque esta situación necesariamente implicaría un incremento en las tasas de impuestos indirectos o en las tasas de impuestos a las personas físicas.

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