Las claves detrás de los resultados financieros positivos de la CFE
El año pasado, la compañía obtuvo utilidades después de años de pérdidas, pero los analistas indican que no se deben enteramente a la gestión interna de la empresa estatal.
Los más recientes resultados anuales de la Comisión Federal de Electricidad ( CFE ) sorprendieron a más de un analista. La compañía reportó ganancias en su consolidado de 2023 después de tres años de pérdidas continuas; sin embargo, las cifras positivas obedecieron más a factores fuera del control de la estatal y no tanto a su estrategia interna. Al cierre de 2023, la eléctrica estatal obtuvo una utilidad neta de 116,500 millones de pesos. Un año antes, había registrado pérdidas por 15,000 millones, antecedidas de un saldo negativo de poco más de 106,000 millones en 2021. El resultado positivo del año pasado ha tenido como origen un incremento en sus ingresos –de 3.8% en comparación anual– y una baja importante en sus costos de ventas –de 13.4%–. Otra manera de explicarlo es la mezcla de un aumento en la demanda y consumo de energía eléctrica y una reducción en la cotización y precio de venta de los combustibles utilizados por la compañía, principalmente el gas natural. “Los resultados están realmente relacionados con el precio de producción total. Un precio muy bajo en el gas suele representar utilidades altas para la CFE, como lo fue en este caso, eso es algo que está totalmente relacionado”, dice el jefe de análisis de uno de los bancos que posee deuda de la estatal, pero que habló bajo condición de anonimato. Mayores ventas Combustibles más baratos Menor deuda y mayores subsidios
Los ingresos totales de la compañía alcanzaron poco más de 644,000 millones de pesos en el año, el nivel más alto en los últimos seis años, principalmente por un incremento en su negocio de venta de energía. Los analistas y la compañía explican que este aumento se ha dado porque la compañía se ha beneficiado de las altas temperaturas del último año –que han traído un mayor consumo de electricidad– y un crecimiento en el sector industrial derivado del nearshoring y de la captación de más clientes de corte industrial por parte de la estatal. “Un monopolio es difícil que vaya a tener pérdidas. La única forma que eso pasa es en casos como Pemex, que vende gasolina más barata de lo que la produce. Pero la CFE no tiene ese rol, lo que vende lo hace por encima de su costo de producción, al menos en este momento. Pero cuando el gas natural es barato, como ahora, la compañía sigue vendiendo relativamente caro”, dice el analista. La estatal registró una baja en el costo de los combustibles de 31.1% en el año. Este factor no depende de la compañía, sino de la dinámica internacional en la cotización de estos. El gas natural, la molécula más utilizada por la CFE para la producción de energía, volvió a precios por debajo de los registrados al inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, que agitó la cotización de éste de manera importante. “La explicación de los resultados creo que puede ser muy sencilla. Tuvimos una escalada tremenda en el precio del gas natural y eso puso en jaque a la CFE de una forma muy importante. El año pasado el entorno global del gas natural ha sido mucho más estable. No me sorprende que la compañía tenga utilidades, pero lo que sí me sorprendió es la magnitud de las utilidades”, dice Óscar Ocampo, investigador del Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco). “Pero más allá de eso, la política energética de este gobierno no ha tenido mayor impacto en la hoja de resultados de la CFE, como sí lo tiene en Pemex. Los resultados no se explican por la política energética, creo que en realidad responde más a factores exógenos”, añade. La estatal también registró resultados positivos en otras variables, con disminuciones en la deuda y en la cantidad de subsidios que recibe del gobierno federal. CFE redujo su deuda en 9.1% en el año y recibió 6.8% menos aportaciones desde la Secretaría de Hacienda para compensar el mantenimiento en las tarifas eléctricas. A diferencia de Pemex, la eléctrica nacional mantiene una calificación crediticia en nivel de grado de inversión con perspectiva estable. “Pese a variables como el pasivo laboral [que muestra incrementos importantes], la CFE sigue sin ser una gran amenaza para las finanzas públicas, como sí lo es Pemex. CFE tiene una posición financiera relativamente sólida, que no representa un riesgo para las finanzas públicas, claro que podría mejorar, pero funciona razonablemente bien. Todos sus problemas son de una magnitud completamente distinta a los que tiene Pemex”, dice Ocampo. ]]>
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