Donald Trump regresará en 2025 más poderoso que en 2017
El presidente republicano no solo tendrá el control del Congreso, como en la primera mitad de su gobierno, sino una Corte Suprema mucho más favorable.
Donald Trump regresará a la Casa Blanca con mucho más poder que el que tuvo en 2017, cuando ocupó por primera vez la presidencia de Estados Unidos. No solo tiene más legitimidad, pues ganó el voto popular además del Colegio electoral, sino un mayor control de otros poderes. El 47º presidente de Estados Unidos gozará, según toda probabilidad, de plenos poderes en Washington puesto que su partido ha ganado la mayoría en el Senado y debería conservar el control de la Cámara de Representantes, según un recuento electoral aún en curso. 2. Trump tendrá un Congreso Aliado
Estos son los cinco puntos que ilustran por qué Trump será un presidente mucho más poderoso en 2025 de lo que fue en 2017. 1. Gana el voto popular Hasta este martes en la tarde, con 3.2 millones de votos de ventaja, Trump parece allanar el camino para ganar también el voto popular frente a la demócrata Kamala Harris. De ser confirmarse, Trump será entonces el primer presidente republicano en 20 años en lograr esta hazaña, lo que pone en tela de juicio a las encuestadoras que predijeron lo contrario. El presidente electo de 78 años ya ganó y sobrepasó la mayoría necesaria del colegio electoral en la madrugada del miércoles 6 de noviembre. Con los resultados de Arizona y Nevada confirmados, el republicanísimo se llevó 312 votos del Colegio Electoral. Trump ganó en los siete estados columpio, aquellos que no tienen una preferencia clara por demócratas o republicanos y que eran clave para la elección. "Estados Unidos nos dio un potente mandato sin precedentes", dijo la madrugada del 6 de noviembre. Contrario a las elecciones de 2016 en las que Hillary Clinton obtuvo más votos que Trump, esta vez el republicano podrá apoyarse en esta legitimidad popular en especial de cara a los jueces que le procesan y a los que acusa de ser corruptos. Cuando aún resta que se defina algunos escaños de los 435 de la Cámara de Representantes, los republicanos lideran la carrera para conservar su mayoría. El bando de Trump ya retomó la misma noche de la elección el control del Senado, la cámara alta del Congreso. Este órgano clave del poder federal ostenta atribuciones muy importantes, en especial sobre la nominación o destitución de figuras claves del ejecutivo, o incluso en la confirmación de magistrados federales.
Además, el presidente electo se encargó de asfixiar cualquier disidencia al interior de su partido, que desde ahora adopta su línea "Make America Great Again" (Hagamos que Estados Unidos sea grande otra vez). Los republicanos ya cuentan con 214 de los 218 escaños necesarios para controlar la Cámara de Representantes y, a menos que suceda un milagro para los demócratas, es muy probable que el partido del presidente reténgame el control de este órgano legislativo. "Es una mañana magnífica en Washington, es un nuevo día para Estados Unidos", aplaudió el republicano Mike Johnson, quien debería, salvo gran sorpresa, continuar presidiendo la Cámara baja del Congreso. Mitch McConnell, de 82 años, que lleva desde 2007 siendo líder del grupo parlamentario en la Cámara alta, anunció en febrero que no optaría a un nuevo mandato. El liderazgo en el Senado será objeto de una elección a puerta cerrada entre republicanos. El hombre más rico del planeta, Elon Musk, que desempeñó un papel inédito en la campaña de Trump, apuesta por el senador de Florida Rick Scott. Scott se mostró partidario de confirmar por la vía rápida los nombramientos que haga el nuevo presidente al asumir el cargo, como Trump exige. 3. Una inmunidad inédita Trump será el primer presidente en asumir sus funciones contando con una cómoda dosis de inmunidad en el ejercicio del cargo.
4. Un gobierno con sus más leales
Esto debido al fallo de la Corte Suprema del 1 de julio sobre el expediente contra Trump por sus intentos de anular los resultados de las elecciones de 2020 ganadas por el demócrata Joe Biden. Esta decisión le dio un respiro a Trump, que escapó a tres de cuatro procesos en lo penal que temía pudiesen realizarse este año. Convertido nuevamente en jefe de Estado, tendrá ahora un horizonte completamente despejado. Entonces un novato de la política, Trump había aceptado al inicio de su primer mandato en 2017 rodearse de funcionarios curtidos y con experiencia en el sector público, una manera de tranquilizar a las cancillerías extranjeras. Frente al comportamiento a veces imprevisible del mandatario, se había apodado a estos elementos moderadores como "los adultos en la sala". Para su segundo mandato, Donald Trump está repartiendo cargos apostando por aliados y perfiles de línea dura para los puestos más importantes de su futuro gobierno antes de regresar el miércoles a la Casa Blanca para reunirse con Joe Biden. El republicano, que vuelve a la Casa Blanca tras su victoria electoral de la semana pasada, avanza a paso firme para nombrar a sus colaboradores en puestos clave. Después de haber designado a tres de sus lugartenientes en la ONU, Medio Ambiente e Inmigración, el presidente electo anunció el nombramiento del congresista republicano Mike Waltz, exoficial de las fuerzas especiales, como asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca.
El republicano, que prometió poner fin a las guerras en Ucrania y en Oriente Medio, sin nunca explicar cómo, lo describió como "un experto en las amenazas que plantean China, Rusia, Irán y el terrorismo global”. En 2023 Waltz copresentó un proyecto de ley que pedía autorizar el uso del ejército contra los cárteles de droga mexicanos, a los que acusa del tráfico de fentanilo, un opiáceo sintético que causa estragos en Estados Unidos. Según la prensa estadounidense, Trump optará por el influyente senador latino Marco Rubio para el cargo de jefe de la diplomacia. Partidario de una línea muy dura frente a China e Irán, este senador de 53 años copresidía hasta ahora la comisión de inteligencia en el Senado. Trump, quien durante su primera presidencia atacó las decisiones soberanas de la Fed (banco central estadounidense), tendrá esta vez la oportunidad de nominar en 2026 al sucesor de su actual presidente, Jerome Powell, quien ya advirtió que no renunciará en caso de que el nuevo presidente se lo pida. 5. La posibilidad de nombrar a dos jueces de la Corte Suprema Tras haber logrado en su primer mandato inclinar hacia el conservadurismo a la Corte Suprema, con el nombramiento de tres de sus nueve jueces, Trump tendrá ahora la oportunidad de consolidarlo a largo plazo. Dos de los pilares conservadores de la Corte, Clarence Thomas y Samuel Alito, de 76 y 74 años respectivamente, podrían retirarse y dejar que Trump nomine —de por vida— a dos sustitutos mucho más jóvenes. El Supremo, que se pronuncia sobre los más importantes temas de la sociedad y sobre litigios electorales, mantendría así su mayoría conservadora posiblemente por décadas.
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