De ícono de los hogares a la crisis: ¿qué llevó a Tupperware a la bancarrota?
La compañía estadounidense ajustó su estrategia para incentivar las ventas a través de la creación diferentes puntos de venta, pero no logró remontar sus ventas y reducir su nivel de deuda.
En la década de los 50, Tupperware se consolidó como un ícono de los hogares estadounidenses, gracias a un modelo de ventas revolucionario para su época: las " fiestas Tupperware ". Estas reuniones sociales, organizadas principalmente por amas de casa en la posguerra, crearon un sistema de ventas directo y personal, donde las mujeres mostraban los productos a sus amigas y conocidas, generando un ambiente que trascendía la simple transacción comercial. Este enfoque no solo fortaleció el vínculo entre marca y cliente, sino que también fue un reflejo del papel de la mujer en la sociedad de entonces. Con el tiempo, y ante la incorporación masiva de las mujeres al mundo laboral, las oficinas se convirtieron en el nuevo escenario para la venta de estos recipientes plásticos. Los catálogos de Tupperware circulaban entre las compañeras de trabajo, quienes ofrecían los productos de manera directa a un público cautivo. Este modelo mantuvo su relevancia durante décadas, ya que las vendedoras aprovechaban la cercanía con sus colegas para asegurar una clientela leal. Sin embargo, con el paso de los años, las dinámicas familiares y laborales cambiaron. Un legado que perdura
La reducción en la preparación de comida casera para llevar, debido a que tanto hombres como mujeres comenzaron a pasar más tiempo fuera de casa, impactó las ventas de Tupperware. La compra de alimentos preparados fuera del hogar se convirtió en una opción más conveniente, reduciendo la necesidad de los tradicionales recipientes de plástico. Estos factores comenzaron a afectar las ventas de la empresa. La situación empeoró con la llegada de la pandemia por covid-19, un fenómeno que aceleró la transformación de los hábitos de compra. El comercio electrónico creció exponencialmente, impulsado por marketplaces como Amazon, Mercado Libre y la llegada de nuevos competidores como SHEIN y Temu. Además, el teletrabajo y los modelos híbridos redujeron la necesidad de llevar comida a la oficina, lo que disminuyó aún más la demanda de productos Tupperware. Según Julián Fernández, analista bursátil independiente, "la empresa estaba manejando un modelo antiguo. Incluso otras compañías de venta por catálogo, como Avon, se han declarado en quiebra debido a la falta de adaptación en sus procesos de venta". Tupperware intentó adaptarse, pero el auge del comercio electrónico y la competencia de productos más accesibles y con buen diseño afectaron su posición en el mercado. "El ecommerce les ganó el mercado porque es más fácil encontrar productos en línea que en un catálogo", añade Fernández. Con él coincide Anibal Cortés, VP planing del Colectivo JOY, quien comenta que pese a la popularidad y a la utilidad que ofrecía Tupperware a sus usuarios, la falta de innovación terminó por "pasarle la factura" frente a marcas genéricas, ventas en línea a precios muy competitivos, la proliferación del delivery y el reparto de comida a casa y oficinas. "Queda demostrado que si no trabajas en la diferenciación, ni te adaptas a las nuevas creencias de tu público, estás condenado a perder negocio", dijo el experto. Intentos de salvación y bancarrota Desde 2013, Tupperware comenzó a experimentar una caída constante en sus ventas. En 2022, la compañía reportó una disminución del 18% en sus ingresos, alcanzando 1,300 millones de dólares, mientras que su deuda se situaba en 705.4 millones de dólares. Pese a estos resultados, la empresa firmó en 2023 un acuerdo con sus acreedores en un intento de mejorar su situación financiera. Además, comenzó a vender sus productos en tiendas físicas como Target en Estados Unidos, buscando atraer a consumidores que ya no tenían acceso a vendedores cercanos. En México, la empresa buscó hacer un proyecto piloto similar con Walmart para vender algunos de sus recipientes en las estanterías de la cadena, pero el proyecto no se concretó. A pesar de estos esfuerzos, el 17 de septiembre de 2023, Tupperware Brands solicitó protección por bancarrota bajo el Capítulo 11. La compañía expresó su intención de mantener las operaciones mientras busca un proceso de venta que permita salvar el negocio. A pesar de sus dificultades, Tupperware sigue siendo una marca de valor. Leonardo Mera, experto en mercadotecnia y docente de la Escuela Bancaria Comercial (EBC), señala que “la marca tiene un buen posicionamiento y es un nombre con gran fuerza, lo que podría ayudarle a mantenerse en el mercado si es adquirida por un tercero”. "Es una marca emblemática, con una historia de mucho apego", añade Cortés. No obstante, ambos especialistas coinciden en que para sobrevivir en un mercado digital, la compañía necesita actualizarse y responder a las demandas de las nuevas generaciones. ¿Y en México? En México, uno de los mercados más importantes para Tupperware en América Latina, las operaciones continúan por el momento. Perla, una distribuidora de la marca en el país, comenta que "aquí en México hay una planta con 3,000 empleados y muchos productos se elaboran ahí". Sin embargo, también reconoce que los productos chinos de menor precio han complicado las ventas. "Nos mandaron un comunicado breve diciendo que seguirán normalmente y que tienen pensado lanzar productos innovadores", asegura. Perla comenta que el rumor de quiebra se difundió entre las consultoras desde principios de año; sin embargo, no han tenido afectaciones en el surtido de producto y mantienen el envío de catálogos, aunque para los regalos de las vendedoras elevaron las metas de ventas. Expansión consultó a la compañía respecto al futuro de sus operaciones en el país, su mercado más relevante en América Latina después de Brasil, pero no se obtuvo respuesta hasta el cierre de esta edición. Tras presentar una solicitud de protección por bancarrota del Capítulo 11 a última hora del martes, la compañía dijo que tiene la intención de obtener la aprobación judicial para continuar vendiendo sus productos y trazar un proceso de venta para el negocio. Sin embargo, el futuro de Tupperware en México, así como en otros mercados, es incierto, dice Anibal Cortés. "Comprar la compañía con la condición financiera actual no se ve como un negocio tan atractivo de tomar", dice. La pregunta ahora es si la marca podrá reinventarse en un entorno donde el comercio digital domina y las dinámicas laborales continúan cambiando.
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