El fentanilo, una crisis que Harris y Trump combatirán de manera distinta
El consumo de esta droga sintética ha provocado miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos y ha puesto en jaque la relación de este país con México.
Estados Unidos lidia con un problema de adicción a las drogas y muertes por sobredosis desde hace varias décadas. Pero en los últimos 10 años una droga ha causado un crecimiento nunca antes visto por estas causas. Se trata del fentanilo . El fentanilo es un opioide sintético que se usa típicamente para tratar a pacientes con dolor crónico severo o dolor intenso después de la cirugía. Se trata de una sustancia controlada parecida a la morfina, aunque con un efecto 100 veces más fuerte, señala la Administración para el Control de Drogas (DEA) en su sitio web.
De manera legal, el fentanilo tiene un uso médico legítimo, que debe ser supervisado estrictamente por un médico, pero a partir de 2015, el fentanilo producido de manera ilegal ha llegado a Estados Unidos de manera casi masiva. De acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), los opioides sintéticos, principalmente el fentanilo, son el principal impulsor de las muertes por sobredosis en los Estados Unidos. Desde 2015, las muertes por sobredosis de opioides sintéticos aumentaron de manera casi exponencial y en 2023 mataron a más de 74,000 millones de personas, de acuerdo con datos preliminares de los CDC. Este número está muy por encima de las 40,990 personas que murieron en accidentes de tráfico ese mismo año. Sin embargo, las muertes por sobredosis de droga en general, y por fentanilo en particular, están disminuyendo en los últimos meses, aunque no de manera homogénea en todo el país. “Los datos provisionales del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los CDC indican que se estima que hubo 107,543 muertes por sobredosis de drogas en los Estados Unidos durante 2023, una disminución del 3% con respecto a las 111,029 muertes estimadas en 2022. Esta es la primera disminución anual de las muertes por sobredosis de drogas desde 2018”, indican los CDC en un comunicado.
Varios estados de todo el país vieron disminuciones. Por ejemplo, Nebraska, Kansas, Indiana y Maine experimentaron disminuciones del 15% o más. Aún así, algunos estados vieron aumentos. Alaska, Washington y Oregón se destacaron con aumentos notables de al menos el 27% en comparación con el mismo periodo de 2022. En 2024, la tendencia de disminución de muertes por sobredosis ha continuado. Las sobredosis fatales han bajado un 12.7 %, según datos publicados la semana pasada por los CDC. "Esta es la mayor reducción registrada en las muertes por sobredosis, y el sexto mes consecutivo de disminuciones reportadas", dijeron los funcionarios de la Casa Blanca en un comunicado. Un problema que viene de fuera Estados Unidos, que tiene un largo historial de muertes por sobredosis por el consumo de otras sustancia, como opioides recetados y heroína, ha responsabilizado a los cárteles mexicanos y a las empresas chinas que venden los precursores químicos de ser los grandes responsables de esta crisis de salud pública. Para explicar la disminución de muertes por sobredosis, el zar antidrogas de la Casa Blanca, Rahul Gupta, indicó en un comunicado que parte de los esfuerzos que ha hecho el gobierno de Joe Biden ha sido frenar el tráfico de la droga en la frontera sur. "Hemos eliminado más barreras que nunca para el tratamiento del trastorno por uso de sustancias y hemos invertido niveles históricos de recursos para ayudar a tomar medidas enérgicas contra el tráfico ilícito de drogas en la frontera”, indicó el director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca.
La DEA señala en su sitio web que el fentanilo ilícito es fabricado principalmente en laboratorios clandestinos extranjeros e introducido de contrabando en los Estados Unidos a través de México, se está distribuyendo por todo el país y vendiendo en el mercado ilegal de drogas. Francisco Gil Villegas, profesor investigador del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México (Colmex), dijo a Expansión que el gobierno de Biden, especialmente agencias como la DEA y el FBI, comenzaron a señalar que "México no ha hecho nada para frenar” el tráfico de fentanilo, dice. En este escenario, algunas declaraciones del entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no ayudaron mucho a mejorar esta percepción, pues aseguró en alguna conferencia de prensa que en México no se producía esta droga, lo cual tuvo que desmentir más tarde. El gobierno de Joe Biden ha implementado varias medias para frenar el tráfico ilícito de esta sustancia, que incluyen operativos de la DEA, así como sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro a líderes de cárteles mexicanos y empresarios chinos con el fin de ahorcar las finanzas de estas organizaciones e impedir su funcionamiento. “La posición de Biden es aceptar que ‘Si somos corresponsables, lo reconocemos y por lo mismo tenemos que cooperar más para ver cómo podemos controlar el flujo de drogas y yo voy a procurar seguir promoviendo que haya un control para los armamentos’, dado que eso ha sido solicitado por el propio gobierno mexicano para que no se alimenten de esas armas los cárteles de drogas”, explicó Gil.
El especialista del Colmex espera que un eventual gobierno de Kamala Harris, quien es vicepresidenta de Biden, signifique una continuidad en este tipo de medidas, aunque quizás con un enfoque más duro. Durante la campaña, Harris ha recordado su pasado como fiscal y ha recordado que en ese puesto combatió, entre otros, a narcotraficantes. Además, si gana la presidencia, ha prometido buscar que se den más recursos a los esfuerzos para impedir que drogas ingresen a Estados Unidos por la frontera con México. Pero con Trump, la historia puede ser muy distinta. Una amenaza constante El expresidente Donald Trump, quien ha mostrado en varias ocasiones que no ve a México como un socio, sino como un rival, de acuerdo con especialistas, por lo que su posición sobre el tráfico de fentanilo es mucho más radical que la del actual gobierno demócrata. “La retórica de Donald Trump es decir ‘los criminales vienen de México y ellos nos traen la droga, y ellos son los que nos están generando este problema. Nosotros no tenemos culpa de nada’. Esa es la posición de Trump”, dice Gil Villegas, quien asegura que esta es una actitud esperada de los gobiernos nacionalistas de corte totalitario. Trump y su candidato a la vicepresidencia, J.D. Vance, han dicho que piensan nombrar a los cárteles mexicanos que trafican con fentanilo como organizaciones terroristas, lo que permitiría, entre otras cosas, que fuerzas estadounidenses entren a territorio mexicano para combatir a los narcotraficantes. Aunque no piensa que Trump cumpla con esta promesa, el investigador del Colmex considera que el republicano puede utilizar esta amenaza como un arma para negociar con el gobierno de Claudia Sheinbaum y lograr que el gobierno de México tome acciones más contundentes para frenar el tráfico de fentanilo y otras drogas hacía Estados Unidos. “Habría que considerar que la amenaza de una intervención militar en México sin pedir permiso no se llevaría acabo, por lo menos no de manera sorpresiva. Lo lógico será que negocien así como negociaron lo del muro, negociaron que el ejército mexicano se encargara de cuidar la frontera (sur de México), sino le iban a aplicar aranceles del 25% a todas las exportaciones”, dice el especialista.
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